Para hablar del origen del microscopio hay que mencionar sus antecedentes, en la necesidad del ser humano de observar un objeto de forma aumentada.
El Primer microscopio fue creado en el siglo XVI, en el año 1590 para ser exactos, por Zacharias Janssen. Se dice que con la ayuda de su padre construyó un instrumento de 9 aumentos, mientras intentaba conseguir lentes de aumentos para ayudar a personas con la vista seriamente defectuosa.
Aunque por esas fechas, en 1609, Galileo Galilei creó un microscopio combinando una lente convexa por una cóncava. Por ese motivo todavía no está muy claro quien fue el verdadero inventor del microscopio. No fue hasta 1625 que se utilizó el concepto de microscopio, por Giovanni Faber, para estos nuevos instrumentos.
Descubrimiento de las células
No fue hasta el año 1665, que se empezó a usar el microscopio científicamente por primera vez, cuando Robert Hooke publicó su obra Micrographia. Donde mostraba una muestra de un corcho donde se podía observar unas cavidades a las que llamó células (primera observación de células muertas).
Hooke también introdujo la iluminación en los microscopios con la utilización de las velas, lo cual permitió observar las muestras con una mayor claridad.
A mediados del siglo XVII aparece un gran personaje histórico de este sector, Antonie van Leeuwenhoek, un comerciante y científico considerado como el padre de la microbiología.
Descubrió una nueva técnica de fabricación de lentes con los que alcanzó aumentos de hasta 200x, y gracias a eso descubrió por primera vez protoozos, bacterias, espermatozoides y glóbulos rojos.
Durante años Leewenhoek estuvo publicando sus descubrimientos, pero mantuvo en secreto sus técnicas de fabricación de lentes no fue hasta su muerte (1723), que sus aparatos fueron cedidos a la Royal Society.
Actualidad en la Historia del Microscopio
Hasta ese momento, los microscopios presentaban muchas limitaciones debido a las aberraciones ópticas y no fue hasta 1730, que el inventor Chester Moore Hall encontró la combinación de lentes perfecta para corregir esta aberración cromática.
En 1830 se perfeccionó esta idea, y por ello la percepción que se tenía del microscopio cambió y se convirtió un instrumento fiable para la ciencia y la medicina.
A partir de ahí, el microscopio se fue desarrollando hasta conseguir como lo conocemos hoy día. Uno de los fabricantes más importantes del siglo XIX para este desarrollo fue Carl Zeis.